En su nuevo álbum, el cantante toma al folclore como punto de partida de un tour mágico.
Es una joya de sensibilidad y memoria. La vida era más corta es el trabajo consagratorio para Camilo Joaquín Villarruel de 18 años, ya no como un emergente de la ascendente movida del trap vernáculo, sino como uno de los artistas más ambiciosos de la música popular argentina. Aquí alguna de sus canciones.
"Bajo de la piel"
La canción que abre el disco y también la herida. Milo J se sumerge en un cementerio ancestral de Santiago del Estero para hablar de las marcas invisibles que nos deja la vida. Con una producción minimalista y poética, la letra evoca cicatrices que no se ven pero que duelen como tatuajes eternos. El videoclip, protagonizado por pobladores locales, refuerza el mensaje: hay memorias que viven bajo la piel, aunque el mundo no las mire.
"El invisible" (con Cuti y Roberto Carabajal)
Aquí Milo J se abraza al folklore más puro, pero lo hace desde su universo urbano. La voz de los Carabajal le da raíz y legitimidad a esta zamba moderna que habla de los que no tienen voz, de los que caminan sin ser vistos. La mezcla de bombo legüero con beats sutiles crea un puente generacional. Es una canción que canta por los que ya no están, pero también por los que siguen resistiendo en silencio.
"Luciérnagas" (con Silvio Rodríguez)
Una colaboración que parece un sueño: Milo J y Silvio Rodríguez en un diálogo de luces pequeñas que alumbran la oscuridad. La canción es una oda a la ternura, a los gestos mínimos que cambian el mundo. Silvio aporta su voz como un faro poético, mientras Milo J le responde con versos íntimos y melancólicos.
"Jangadero" (Mercedes Sosa)
Milo J toma esta obra clásica de Jaime Dávalos y la reimagina junto a la voz eterna de Mercedes Sosa. No es un remix, es una reverencia. El jangadero que baja por el río ahora también navega por los recuerdos de una generación que creció escuchando a La Negra. La producción respeta la esencia, pero le suma una atmósfera cinematográfica que transforma la canción en un viaje sensorial. Es el folklore flotando entre aguas nuevas.
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